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Su centro inicial estuvo localizado en el actual departamento de Ayacucho, a 25 km de la ciudad capital. Se desarrolló entre el 550 y el 1200 d. C. Diversos estudiosos afirman que surge como una síntesis de las culturas Huarpa, Nasca y Tiahuanaco, constituyéndose en el segundo imperio andino (el primero fue Chavín y el último, el de los incas), no sólo por su gran extensión territorial (por el Norte llegaba a Cajamarca y por el Sur hasta Arequipa y Cusco), sino también por la construcción de ciudades y establecimientos poblados que se dedicaban, por lo general, al comercio. Su centro principal, la ciudad de Wari, albergaba, aproximadamente, 50.000 habitantes. Esta cultura contribuyó a la posteridad con diversos adelantos: construcción de andenes, red de caminos, reservorios, graneros, acueductos, etc. La sociedad fue militarista, eminentemente conquistadora, razón por la cual se expandió por gran parte del territorio peruano.
Los habitantes de esta cultura fueron grandes constructores de templos, palacios y viviendas. Se les atribuye haber sido los fundadores de las ciudades en el mundo andino, por su extraordinaria planificación urbana. Entre las principales urbes o centros principales, tenemos: Wari, Wilcahuaín, Piquillacta, Cajamarquilla y Pachacámac.
Los waris asimilaron, en cuanto a textilería, las técnicas propias de los nascas, lo que les permitió confeccionar tejidos de muy buena calidad. Algunos de estos presentan motivos religiosos, como por ejemplo, la presencia del dios de los báculos.
Los waris asimilaron, en cuanto a textilería, las técnicas propias de los nascas, lo que les permitió confeccionar tejidos de muy buena calidad. Algunos de estos presentan motivos religiosos, como por ejemplo, la presencia del dios de los báculos.
