Nº 62: INDEPENDENCIA DEL PERÚ

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PROCLAMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

El virrey José La Serna había abandonado la capital el 6 de julio de 1821 debido al avance incontenible de las fuerzas patriotas. La Serna decidió refugiarse en la sierra para restablecer sus huestes. El ejército libertador llegaría a ocupar la ciudad de Lima el 10 de julio. San Martín convocó inmediatamente a las autoridades municipales y a la junta de vecinos notables. Así de esta manera, la Proclamación de la Independencia del Perú se realizó en Lima el sábado 28 de julio de 1821, al promediar las nueve de la mañana comenzaron a llegar las principales autoridades civiles y eclesiásticas, el Conde de San Isidro inició la ceremonia al entregar el estandarte del nuevo Estado al viejo patriota Conde de la Vega del Ren. Rápidamente se dirigieron al Palacio de gobierno donde se encontraba San Martín, la Plaza Mayor estaba colmada, había mucho entusiasmo, desde un balcón del Ayuntamiento de la ciudad San Martín salía del Palacio para recibir a los ilustres representantes de la ciudad, estaba acompañado de condes y marqueses, de los miembros de su Estado Mayor, de los generales del Ejército, de los catedráticos de San Marcos y de obispos y sacerdotes católicos. Los criollos y vecinos notables habían asistido masivamente a este magno acontecimiento.
Entre las 10:30 y las 11 de la mañana, San Martín y su comitiva subieron al estrado en medio del silencio y el entusiasmo de los asistentes, de inmediato el Generalísimo enarboló el estandarte nacional, que recibió de manos del gobernador de la ciudad, y pronunció con mucha emotividad estas palabras:
“El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende”. Agitando el pendón con inmenso júbilo, San Martín repetía con fuerza varias veces: “¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la Independencia!”.
Los cañones tronaron sucesivas veces, las iglesias de la ciudad repicaron las campanas, el batallón lanzaba disparos con las banderas de Perú, Chile y Argentina en alto, y el pueblo que había concurrido recogía, alborotadamente, las medallas conmemorativas lanzadas desde el balcón y con mucho entusiasmo gritaba y lanzaba vivas a la patria, a la libertad y al ejército libertador.
Al día siguiente, el 29 de julio, se realizaría el Acto de la Jura de la Independencia, luego de una ceremonia religiosa se dio lectura al Acta de la Independencia que se había suscrito unos días antes. El alcalde de Lima, Isidro de Córtazar, conde de San Isidro, juraba ante su primer regidor, Francisco de Zárate, con la Biblia y el crucifijo al frente, defender la Independencia del Perú del gobierno español y de cualquier otra dominación extranjera.